De lo sexy a lo descaradamente ridículo sólo hay un paso, comento.
Aunque la foto me acaba de recordar a esos cientos de paletos fieles que fueron de la mano del párroco por ahí, en el sur, a ver una supuesta aparicion de la virgen a las 3 de la tarde y en pleno agosto.
Qué gracia ver a los provincianos en el hospital, con la cara ardida y cagándose en el cura.
Jo.
Jo Jo.
Jo jo jo.
...
Ehr... esto, mola
tu gato.