Desde luego, que dé juego mediático el asesinato de esa guarra por parte de sus semejantes, pase, pero que lo dé aquí, y de éste modo -casi serio-, ni de coña.
Anda y que le den por culo a la cani esa, bien sea en el Guadalquivir o en el vertedero municipal, y a sus hamigos ídem, pero allí donde todos sabemos que van a ir a parar.
Y es que, como siempre digo en estos casos, una subnormal menos en la calle y unos cabrones más en la cárcel. Aunque siempre es deseable un doblete y que se fueran ambos o todos a tomar por saco.
¿Insensibilidad?
En absoluto: no diré lo mismo sobre aquella víctima que denunció en repetidas ocasiones a su agresor e intentó rehacer su vida pero, por dejadez institucional (tanto jurídica como policial), termina cosida a puñaladas.
Sin embargo, cuando veo un caso como éste, en el que la menda sabía con quién andaba (y lo mismo sus padres, de lo contrario bien harían en definirlos como "seres que la coincibieron" o "
parir es un derecho, no una responsabilidad") y le iba la caña. O lo mismo con
la chica gallega, recientemente asesinada por su ex-mancebo y con el que mantenía una relación paralela, a escondidas de sus nuevas parejas y el resto de amistades.
Eso es ser gilipollas, es juntarse el hambre con las ganas de comer, es, sencillamente, toda una oda a los Premios Darwin y, sinceramente, así deberían ser tratados todos estos sainetes subnormalescos por parte de la sociedad: como una celebración por librarnos de unos cuantos deficientes, no oficiales, sino oficiosos.
O, joder, ¿cómo coño, ya no justificar, sino empatizar
con semejante mongólica?
Vengaaaaaaa, que todas las hostias que te caigan serán pocas, retrasada!!!