No he podido evitar acordarme de la que es, ha sido, y posiblemente será la peor paja que me he hecho en mi vida.
Después de un primer intento fallido por aborto prematuro, seguíamos intentando quedarnos embarazados. Pero no había forma. La parte buena era que me hinchaba de mojar el churro, pero la mala es que era siempre con la misma... (homenaje a Arevalos). El caso es que pasaban los meses y no atinaba... con lo que fui al médico y me pidió un seminograma de esos.
"El lunes a primera hora te vas a la zona de extracciones del hospital y presentas este papel" me dijo.
¿Zona de extracciones? ¿Es que alguien me lo va a extraer? Pero no, era la de extracciones de sangre, donde supuse (erróneamente) que iban a tener algún cuarto o algo donde poder extraerse uno mismo el líquido preciado.
Llego al mostrador y había dos personas atendiendo, un chaval joven que tenía pinta de ser un becario o ayudante, y otro más mayor. Le entrego el papel al joven, y lo mira extrañado. Se lo comenta al compañero y me saca un bote, y me dice "me lo llenas y cuando acabes vuelves aquí". Mientras, el chaval jovencito me miraba con una sonrisa en los labios como diciendo "ahora vas y lo cascas", pero en literal.
Imaginaos el lugar. Planta de calle de hospital público, zona de extracción de sangre, 8 de la mañana. Si no había cientos de personas por ahí no había ninguna.
Me lo quedo mirando y le pregunto, "Pero, ¿dónde...?".
"Puedes meterte en cualquier baño".
El compañero agranda la sonrisa mientras no deja de mirarme.
Total, que me doy una vuelta por la planta con el botecito en la mano intentando buscar algún servicio medianamente alejado o aislado. Spoiler: No hay de eso en un hospital público a primera hora de la mañana.
Así que me meto en el primero que veo, y encuentro uno de los retretes desocupado, así que allí que me meto.
En aquella época era un pobre trabajador de Deloitte, con lo que iba después a currar con mi traje y mi corbata. En aquel cubil no había sitio para colocar nada, así que bajé la tapa, doblé la chaqueta como pude intentando no pringarla de restos de meados, me eché la corbata a la espalda, y me saqué la pilila.
No hará falta decir que no era el sitio más estimulante, con lo que aquello no iba ni para adelante ni para atrás.
Empezaban a entrar gente que quería cagar, intentaban abrir la portezuela o pegaban a ella y yo tenía que contestar con un tímido "ocupado" mientras intentaba zurrarme la sardina". En el cubil de al lado entraban otros y se desahogaban pero de otra forma, con los olores y sonidos correspondientes.
Cuando llevaba ya ahí más de 15 minutos dándole, las gotas de sudor me empapaban la camisa, y aquello no tenía visos de acabar pronto.
Más gente. Más pedos al lado. Más sudor.
No recuerdo cuánto tarde, pero al final logré la azaña... pero una corrida de auténtica mierda que apenas cubría el fondo del vasito. Normal, no me jodas, con esas circunstancias a ver quién es el guapo que echa un buen chorro.
Salí, con mi camisa chorreando de sudor, la corbata medio desabrochada y el maldito frasco a devolvérselo al tío del mostrador.
El jovencito me volvió a sonreir.
Resultado: tenía una puta mierda de densidad de espermatozoides y una movilidad todavía peor.
Después de aquella odisea he tenido 2 hijas como dos soles, con lo que sospecho que las circunstancias de la extracción tuvieron algo que ver con el resultado de mierda.