Llevo muchos meses jugando a un ritmo lamentabla.
Assassins Creed 3.
Bueno, a estas alturas poca sorpresa sabía que me iba a encontrar en casi cualquier aspecto importante de juego. Esta vez la acción del Animus se desarrolla durante la segunda mitad del siglo XVIII, en un Estados Unidos a punto de lanzarse a la lucha por su independencia contra el yugo británico. Nos ponemos en la piel de un indio mestizo de nombre Connor, que entrará en la orden de los Asesinos para seguir manteniendo a raya a los Templarios en su búsqueda por el Fruto del Edén.
En fin, poco nuevo bajo el sol.
A nivel jugable a parte del habitual parkour por las diferentes ciudades (Boston y una todavía seminal Nueva York), tendremos el mapeado más grande en la forma de una extensión de terreno boscoso bastante amplio y divertido de recorrer. Connor es una especie de Tarzán (la de dibujos de Disney) que es capaz de recorrer las alturas vegetales a una velocidad de vértigo, y de asesinar y poner trampas bastante vistosas a sus enemigos. Manejarlo es una experiencia divertida, no se puede negar. Es probablemente el asesino más ágil de todos los Assassins hasta ahora.
Algo que me gustó bastante es el apartado de caza, que es opcional para la historia principal, pero que supone una opción divertida para cuando nos apetece pausar un poco el ritmo de la historia y trastear con las opciones secundarias. Colocando trampas y señuelos, o directamente atacando en plan kamikaze y de frente, se puede capturar una gran variedad de animales repartidos por las diversas y extensas zonas agrestes. Éstos te proporcionarán pieles o ingredientes con los que fabricar o vender, y además supondrán retos adicionales que irán elevandose de nivel al más puro estilo
Read Dead Redemption y sus inolvidables desafíos de cacería. Mola y no será extraño que te encuentres conque has echado unas cuantas horas al mero hecho de ir por el campo esquilmando toda forma de vida esquilmable para lograr rellenar tu diario de animales.
La historia en mi opinión es un punto bastante fuerte. No deja de ser un poco lo de siempre en líneas generales, pero la relación entre Connor y el villano a mí al menos sí me pareció interesante. Un punto fuerte de esta saga a nivel argumental es que siempre procura colocar tanto a los templarios como a los Asesinos en posiciones morales que no son ni blanco ni negro. Aquí esto se acentúa en varias conversaciones, otorgando al guión cierta profundidad.
Pero vamos, que esto no es Dostoievski, y en mi opinión la novedad más divertida es la de ofrecer al jugador unas cuantas misiones a bordo de un galeón de guerra con la que coquistar los mares del Caribe y explorar ciertas zonas vedadas con el fin de afianzar tu poder o descubrir ciertos tesoros.
Para mí es una experiencia que sin ser perfecta, supone una entrada de aire fresco a la saga la mar de divertido.
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Un colegui me dice que todo esto se potencia y maximiza en el siguiente título:
Black Flag, lo cual me alegra.
Un 8,5. Mejor que Revelations, no tan cojonudo como el Brotherhood.
Como colofón decir que a priori la historia de Desmond llega a su fin salvo sorpresa mayúscula. A sabiendas de la cantidad de títulos que hay después, es entendible (aunque frustrante) que la historia cierre en falso.
En mi ránking de momento iría:
1º - AC2.
2º - AC Brotherhood.
3º - AC 3.
4º - AC Revelations.
5º - AC.
Y ahora estoy a medias con el
Diablo III (que tengo bastante abandonado, la verdad) y
gosandorico el
Dragon Age Inquisition, que me está pareciendo una gozada y una auténtica carta de disculpa de parte de Bioware por lo que hicieron en Dragon Age II.