Un compañero de trabajo se va este fin de semana hasta la frontera entre Polonia y Ucrania. Van él y unos amigos asturianos, todos en furgonetas, para llevar bienes de primera necesidad (fundamentalmente, sacos de dormir, medicinas y ropa de abrigo) y volverse con 40 personas (mujeres y niños) que ya tienen apalabrado dónde quedarse a la vuelta (casas de amigos, familiares, familias de acogida). Han coordinado la acción con Cruz Roja y ONGs polacas. Antes de ir, han organizado una recogida de productos en un hotel cercano al curro, aunque lo central del asunto no es tanto llevar cosas como poder traer a esas 40 personas, que ya saben quiénes son, y que tienen donde alojarse a la vuelta.
Mi compañero de curro es un tipo normal, con su mujer y sus hijos, que se va a gastar una pasta (gasolina, peajes, alimentación, les van a pagar hoteles a la vuelta a los refugiados) por amor al prójimo. Me ha parecido tan admirable, pasar de las palabras a los hechos. Con un par. Le he hecho un bizum, para que se pague un peaje.
No es ninguno de estos que salen en el reportaje (él sale este viernes), pero ilustra un poco la idea:
https://elpais.com/internacional/2022-0 ... rania.html