Lo que más me gusta de esa serie es algo en lo que no suelen hacer hincapié las películas de psicópatas, y es el énfasis que ponen en la importancia de la manipulación como mecanismo fundamental de su conducta. Lo digo porque sólo una minoría de psicópatas son asesinos, pero todos ellos manipulan a sus semejantes con una habilidad extraordinaria y todos conocemos a más de uno (aunque no sepamos necesariamente quién es, igual lo tenéis como familiar muy querido o amigo muy cercano y ni os habéis enterado). Es interesante ver eso en pantalla, aunque sea de un modo más bien básico y sin profundizar en el uso de la manipulación emocional, no simplemente instrumental.
Por otro lado, Miguel Prado es el personaje más grande de la serie. Es increíble, tras ver a Jimmy Smiths durante años y años en cientos (¡en miles!) de series y películas encarnando al latino impoluto y ejemplar (e insípido), se ha destapado con la clase de actuación que termina redefiniendo la carrera de un actor. Lo que hace con su papel es tan bueno que tardé varios capítulos en llegar a apreciarlo en toda su magnitud. Mea culpa.
Vamos, que se ha comido crudo a Dexter y no es que Dexter no me guste.
"Cuánta sabiduría hay en ti, amigo Dexter"
