Pablo Iglesias pide Sanidad para Irene Montero

Hala, ya os he explicado las cosas.Artículo 14
Los españoles son iguales ante la ley, sin que pueda prevalecer discriminación alguna por razón de nacimiento, raza, sexo, religión, opinión o cualquier otra condición o circunstancia personal o social.
Finalmente añado: siempre he estado de acuerdo en que cosas como la custodia compartida o las penas de cárcel sean tratadas por igual si se trata de un hombre o de una mujer. El individuo independientemente de su sexo, debería de tener los mismos derechos y las mismas obligaciones.El pasado curso académico, salieron de nuestras universidades un 60,5% de licenciadas mujeres frente a un 39,5% de hombres. En términos generales, el expediente académico de ellas es más brillante y superan en mayor número las pruebas de acceso al empleo público. El mérito y la capacidad existe entre la población femenina, incluso en mayor cantidad.
¿Están las mujeres presentes en el empleo o en puestos de responsabilidad de manera igualitaria y en función de sus criterios?
La tasa de ocupación femenina es del 42,52%, frente al 65,29% masculina (datos EPA); de cada 10 contratos temporales, ocho son ocupados por mujeres; el 78% de los contratos a tiempo parcial es de mujeres; las empresas del Ibex 35 sólo tienen un 2,5% de mujeres en sus consejos de administración; las mujeres representan el 13,7% del total de catedráticos de universidad y el 3% de los doctorados honoris causa; el 70,8% de los empresarios son hombres, frente al 29,2% de mujeres; sólo el 6,6% de mujeres gana más que sus parejas.
Eso sí, el 83% de las personas que cuidan a un dependiente son mujeres; por cada hombre que abandona su puesto de trabajo por razones familiares, lo hacen 27 mujeres, que emplean diariamente una media de cinco horas en el trabajo doméstico, frente a una hora y 37 minutos de los hombres.
Para ocupar un puesto de trabajo o de responsabilidad, a las mujeres no les basta con esgrimir el pasaporte de su preparación. Sólo caben dos alternativas:
- O ellas aún no tienen mérito y capacidad suficientes, como parece sostener el PP cuando argumenta contra las cuotas, y habremos de esperar pacientemente a que los adquieran, cual cae la fruta madura, eso sí, dentro de algunos siglos.
- O ellas sí tienen mérito y capacidad, como sostenemos desde el PSOE y además, y lo más importante, derechos, pero hay razones que explican este curioso diferencial de oportunidades, no menos curioso aunque haya acompañado siempre a la historia de la humanidad.
A simple vista, parece que las mujeres se dedican a sostener diariamente la práctica totalidad de las necesidades de atención que, como conjunto de la sociedad, mujeres y hombres tenemos. Esta circunstancia, que se enmarca en un modelo social patriarcal, que reparte desigualmente roles y poder, se alza como un techo, no sé si de cristal, desde luego de un material difícil de romper.
¿Es necesario intervenir desde los poderes públicos para equilibrar esta desigualdad y por tanto ampliar el disfrute de sus derechos a las mujeres? Sí. No sólo es necesario sino que la Constitución española nos mandata en su artículo 9.2, a promover las condiciones, remover los obstáculos y facilitar la participación. Parece difícil encontrar una mejor fundamentación jurídica a las políticas de acción positiva.
El sistema de cuotas no sólo es legal, es legítimo. Usamos cuotas para todo, de manera natural, sin que hasta ahora nadie las haya cuestionado.
Las usamos en los partidos políticos, en las empresas, en las propias familias. Cuando por ejemplo, un partido político elabora una lista electoral suele cambiar algunos de sus miembros (cuota de renovación), suele presentar personas de distintas edades (cuota de edad), cuenta con personas que representen diversos lugares del territorio (cuota de territorialidad), y así sucesivamente. Y nadie se ha preguntado si los entrantes tienen más mérito y capacidad para acceder a esos puestos que los salientes. Simplemente, se han hecho las sustituciones y renovaciones en el mundo de la política, de la empresa, de los sindicatos, de las asociaciones, de las instituciones y organizaciones, en general.
Pero cuando las mujeres esgrimen su condición de mitad de la población, entonces el sistema que antes funcionaba deja de valer, y aparece un nuevo requisito, un pasaporte expedido especialmente para ellas: el famoso mérito y la no menos famosa capacidad.
Tengo un Deja Vu.Polina escribió: ↑13 Nov 2019 11:53Hala, ya os he explicado las cosas.Artículo 14
Los españoles son iguales ante la ley, sin que pueda prevalecer discriminación alguna por razón de nacimiento, raza, sexo, religión, opinión o cualquier otra condición o circunstancia personal o social.
(Aunque habría que decir "los españoles y las españolas")![]()
Y aquí un texto que explica un poco más lo de las cuotas, aunque está escrito desde el PSOE de Zapatero y no todo suena bien. Pero así en masa, explica lo suficiente.Finalmente añado: siempre he estado de acuerdo en que cosas como la custodia compartida o las penas de cárcel sean tratadas por igual si se trata de un hombre o de una mujer. El individuo independientemente de su sexo, debería de tener los mismos derechos y las mismas obligaciones.El pasado curso académico, salieron de nuestras universidades un 60,5% de licenciadas mujeres frente a un 39,5% de hombres. En términos generales, el expediente académico de ellas es más brillante y superan en mayor número las pruebas de acceso al empleo público. El mérito y la capacidad existe entre la población femenina, incluso en mayor cantidad.
¿Están las mujeres presentes en el empleo o en puestos de responsabilidad de manera igualitaria y en función de sus criterios?
La tasa de ocupación femenina es del 42,52%, frente al 65,29% masculina (datos EPA); de cada 10 contratos temporales, ocho son ocupados por mujeres; el 78% de los contratos a tiempo parcial es de mujeres; las empresas del Ibex 35 sólo tienen un 2,5% de mujeres en sus consejos de administración; las mujeres representan el 13,7% del total de catedráticos de universidad y el 3% de los doctorados honoris causa; el 70,8% de los empresarios son hombres, frente al 29,2% de mujeres; sólo el 6,6% de mujeres gana más que sus parejas.
Eso sí, el 83% de las personas que cuidan a un dependiente son mujeres; por cada hombre que abandona su puesto de trabajo por razones familiares, lo hacen 27 mujeres, que emplean diariamente una media de cinco horas en el trabajo doméstico, frente a una hora y 37 minutos de los hombres.
Para ocupar un puesto de trabajo o de responsabilidad, a las mujeres no les basta con esgrimir el pasaporte de su preparación. Sólo caben dos alternativas:
- O ellas aún no tienen mérito y capacidad suficientes, como parece sostener el PP cuando argumenta contra las cuotas, y habremos de esperar pacientemente a que los adquieran, cual cae la fruta madura, eso sí, dentro de algunos siglos.
- O ellas sí tienen mérito y capacidad, como sostenemos desde el PSOE y además, y lo más importante, derechos, pero hay razones que explican este curioso diferencial de oportunidades, no menos curioso aunque haya acompañado siempre a la historia de la humanidad.
A simple vista, parece que las mujeres se dedican a sostener diariamente la práctica totalidad de las necesidades de atención que, como conjunto de la sociedad, mujeres y hombres tenemos. Esta circunstancia, que se enmarca en un modelo social patriarcal, que reparte desigualmente roles y poder, se alza como un techo, no sé si de cristal, desde luego de un material difícil de romper.
¿Es necesario intervenir desde los poderes públicos para equilibrar esta desigualdad y por tanto ampliar el disfrute de sus derechos a las mujeres? Sí. No sólo es necesario sino que la Constitución española nos mandata en su artículo 9.2, a promover las condiciones, remover los obstáculos y facilitar la participación. Parece difícil encontrar una mejor fundamentación jurídica a las políticas de acción positiva.
El sistema de cuotas no sólo es legal, es legítimo. Usamos cuotas para todo, de manera natural, sin que hasta ahora nadie las haya cuestionado.
Las usamos en los partidos políticos, en las empresas, en las propias familias. Cuando por ejemplo, un partido político elabora una lista electoral suele cambiar algunos de sus miembros (cuota de renovación), suele presentar personas de distintas edades (cuota de edad), cuenta con personas que representen diversos lugares del territorio (cuota de territorialidad), y así sucesivamente. Y nadie se ha preguntado si los entrantes tienen más mérito y capacidad para acceder a esos puestos que los salientes. Simplemente, se han hecho las sustituciones y renovaciones en el mundo de la política, de la empresa, de los sindicatos, de las asociaciones, de las instituciones y organizaciones, en general.
Pero cuando las mujeres esgrimen su condición de mitad de la población, entonces el sistema que antes funcionaba deja de valer, y aparece un nuevo requisito, un pasaporte expedido especialmente para ellas: el famoso mérito y la no menos famosa capacidad.
Lo que pasa es que pese a tener los mismos derechos, las mujeres son discriminadas de todos modos en muchos casos, y no hablemos ya del tratamiento sexista que se hace desde la más tierna infancia.
Cuando venía en coche he escuchado a una pescadora gallega en (quizá un anuncio, no lo sé) la radio que decía que pese a haberse preparado para trabajar en un barco y escuchar a diario que hacen falta trabajadores, cuando ha querido acceder a un puesto de trabajo no la han cogido por ser mujer. Todas esas quejas de "no hay mujeres asfaltando, poniendo ladrillos, subiéndose a un andamio" quizá no sea tanto porque ellas no lo piden como porque no se las contrate en este tipo de curro.
Y ahora voy a cocinar para mi familia, como dios manda.
Con el actual sistema de partidos, la figura del político profesional se contradice con eso.Criadillas escribió: ↑13 Nov 2019 12:09 Yo creo que en general hay una clase política en españa que pasa rozando el suficiente y muchas veces ni eso, pero que también hay políticos y políticas (en genérico, no me refiero a mujeres políticas) que son necesarias y que funcionan para que no nos coman los mercados y volvamos a ser peones en manos de unos poquitos poderosos. El político además de gestor de lo público, creo que también debería tener una función de "protector" por así decirlo, del ciudadano ante los poderes e intereses que pretenden mover el mundo. Por lo tanto, pese a toda la corrupción, ineficacia, cutrismo absoluto, envidias, egos y malas gestiones que sufrimos por nuestros dirigentes, yo los sigo viendo como unas figuras necesarias.
Cuando salen los tuyos y los demás nos llevamos las manos a la cabeza= que la UE nos controla, joder.Criadillas escribió: ↑13 Nov 2019 12:09Que yo no veo que ni de lejos el apocalipsis que muchos tertulianos apesebrados evidentemente borrachos o directamente subnormales perdidos vaticinan, fijándose en Venezuela o en Cuba o en la URSS (WTF!!!). Porque al fin y al cabo, en lo GOOORDO, estamos en la UE, y ahí hay unas directrices, unos compromisos y unas leyes que hay que cumplir por pelotas.
Puse un documental del youtube sobre esto. Nórdico -ejemplos de países no "fachas"- entrevistando a expertos científicos de todo el mundo que trabajaban en estos ámbitos.Chino Moreno escribió: ↑13 Nov 2019 12:54
Claro, que la siguiente derivada (porque nos conocemos como si lleváramos discutiendo lo mismo años) es que me vas a decir que las mujeres no eligen los estudios libremente, sino influenciadas por el peso de siglos de opresión y que es la sociedad heteropatriarcal la que les obliga a elegir carreras de servilismo y terminan siendo enfermeras porque es lo que llevan viviendo desde que nacieron.
¿Quien es este tipo? escribió: ↑25 Sep 2019 11:42 Si tiene usted algo de tiempo me permitiría recomendarla el visionado de este documental y que por favor viniese aquí después a compartir conmigo sus opiniones al respecto.