Cuando Monk empezó a tocar en el nuevo Five Spot, los propietarios le dijeron que se podía quedar el tiempo que quisiera.
Monk se compró un piano nuevo, que después de su larga estancia tenía cientos de marcas, incluso rajas en la madera situada encima de las teclas, donde Monk machacaba materialmente las notas, golpeaba con su anillo o la arañaba con sus uñas.
Decía que nadie atraía a multitudes tan consistentemente como Monk, y eso era cierto.
La audiencia estaba formada por estudiantes, degustadores, hippies, músicos, turistas, exploradores, y un grupo no demasiado limpio de gente familiarizada con el ambiente y la música, aunque no con el público: los fans de Monk.
Sin duda, la gente que iba a verle lo hacía por la insana curiosidad de ver a alguien extravagante.
Se puede decir que muchas de las acciones de Monk parecen extrañas.. y lo son, pero son totalmente propias. Es una figura muy singular.
Toda una noche llevó un sombrero de Rex Harrison con una sola ala.
Poco tiempo le costó a Monk acostumbrar a los empleados y a su audiencia a sus horas de actuación, y si alguien que iba por primera vez al Five Spot pensaba que la música debería haber empezado antes, cualquiera que hubiera ido en otras ocasiones sabía que Thelonious nunca aparecía por allí antes de las once.
La rutina más familiar de Monk era llegar sobre las once, dirigirse a la cocina para dejar su abrigo dentro de un armario y dirigirse a la parte trasera del club para llegar al bar.
Armado con un doble bourbon o algo parecido se acercaba al escenario y tocaba un solo. Algo así como
Crepuscule With Nellie o un increíble y lento
Don’t Blame Me, para acabar casi siempre con uno de sus mejores temas,
James P. Jonson, por ejemplo.
Después del solo, Monk cogía el micrófono y anunciaba el tema ( sorprendiendo incluso a sus fans que se habían habituado a que el pianista no dijera palabra en el escenario ).
Los anuncios eran muy cortos, algo así como “
Y ahora, Frankie Dunlop tocará los tambores! “. Entonces Monk desaparecía del escenario y los fans que habían estado esperando para escucharle se quejaban en voz alta, pero tenían que esperar a que el programa llegara a su fin.
Después del solo de Dunlop , Monk volvía al escenario sólo para decir “
Butch Warren tocará un solo de bajo ” e introducía a Warren con un gesto mientras dejaba el escenario e iba al camerino para volver, y así sucesivamente, o bailaba el solo, y decía “
¡Ya lo tienes! “
Softly as in the Morning Sunrise era lo que Warren solía tocar.
Finalmente el grupo al completo entraba en el escenario, Dunlop a la batería y percusiones, Warren al bajo, y Charlie Rouse con el saxo tenor.
Solían empezar con
Sweet and Lovely, una balada lenta que probablemente se escucharía tres o cuatro veces durante la noche.
Mientras los otros músicos hacían su solo, Monk generalmente se levantaba del piano y hacía su número particular, bebiendo ocasionalmente algo. Sus medio – giros, las contorsiones y las sacudidas que Monk hacía detrás del piano formaban parte también de la música.
A veces también pegaba un salto, se metía en el camerino y seguía bailando. Desde el bar se le veía pegar saltos y piruetas, entrando y saliendo por la pequeña puerta del escenario.
Una noche, después del último tema, Monk saltó del asiento con las manos levantadas como si hubiera asumido que había terminado el número, y sin cambiar esa postura se paseó por todo el escenario, y dio un gran rodeo por todo el club. Todo el mundo se quedó colgado y le siguió con la mirada por toda la sala, hasta que se paró en el centro de la barra y sin alterar la postura ( con las manos levantadas como a punto de tocar el piano ) llamó al camarero con tranquilidad y dijo:
Deme algo de beber.
