SUEÑOS (Akira Kurosawa)
Cuando una película te causa una excelente impresión, más allá del puro placer del entretenimiento que en sí el cine nos ofrece, y pasados años sin revisarla, te surge la opción de volver a ella, suelo ser muy cuidadoso con el tema. Las emociones y recuerdos que dejan en uno, dependen de múltilples condicionantes subjetivos y la experiencia me enseñó que algunas de esas películas que tenía encumbradas, pasados los años se caían de mi altar y se destrozaba así ese virginal primer recuerdo.
Con
Sueños, adelanto que no me ocurrió eso, sino todo lo contrario. De Kurosawa se ensalzó
Ran como su obra más significativa, y aunque es una buena película, ni de lejos está entre las que yo escogería para encabezar su ranking.
Se trata de ocho relatos independientes respecto al contenido, pero conexos en cuanto al hilo conductor, pues todos ellos son despliegues oníricos (literalmente), llenos de fuerza, contenido y un bellísimo y ciudado continente. Es esta una de las últimas obras del genio japonés, y por momentos se presenta como un epitafio, como un compendio de alguno de los temas recurrentes en su filmografía (dualidad entre vida/muerte; miserias y servidumbres humanas; tradición/modernidad...) y que aquí parece que quiere zanjar a modo de solución final a su búsqueda de respuestas.
Además, aborda (y desborda) con trazo firme preocupaciones como el ecologismo o la autodestrucción humana, tratadas sin autocomplacencia y fuera de todo dogmatismo, que sin duda enriquecen aun más el conjunto.
A destacar la fotografía...sublime!! podemos decir que se convierte en un personaje más, al igual que el paisaje y va marcando el ritmo narrativo en muchos momentos. Algunos relatos más lúgubres, sentidos y profundos dan paso a explosiones cromáticas llenas de vitalismo y fuerza.
Prefiero no entrar pormenorizadamente en cada relato, por vagancia y también porque lo que queda tras su visión es una impresión compacta, como conjunto de inquietudes universales...todo parece ya inventado, pero Kurosawa parece darle una vuelta más de tuerca, con originalidad, atrevimiento y un dominio soberbio del
tempo y la estructura.
Decir sólo que el relato del paisaje impresionista tomando vida es, visualmente hablando, de lo mejor que mis retinas han podido degustar. Debería haber seguido los pasos de Edipo y vaciarme las cuencas oculares tras su contemplación, porque dudando que puedan hallar imágenes más bellas, carece de sentido seguir pagando oculistas cuando la perfección ya ha sido alcanzada.
Contó el film con la financiación de
Steven Spielberg. Salvada la diferencia de estilos, recordar que Kurosawa fue tachado por los puristas japoneses como demasiado occidental en su cine, y en ocasiones el tratamiento y sobretodo el ritmo de sus historias está más próximo a una línea más convencional (para nosotros), propia de consagrados clásicos americanos que al ritmo mucho más pausado empleado como cliché en su país de origen.
En definitiva, recomenable para los no doctos ni bienquerientes del cine oriental, porque va más allá de los tópicos y prejuicios que se hallan podido hacer sobre el mismo.
Imprescindible para todo amante del cine... no puedo decir más.
Por supuesto mi nota sería
9'5 por lo menos.
