Es increíble que, cada vez que Springsteen o U2 mueven un dedo, salga hasta en los telediarios. Porque, si es por lo grandes que han sido, entonces Bob Dylan debería estar en el escudo de la bandera española, o The Who deberían tener una asignatura propia en los colegios, y Hendrix desde luego debería estar tallado en el pórtico de la catedral de Burgos (a fin de cuentas Hendrix sí ha existido, y de Dios no se tiene noticia todavía).
Eso es lo escalofriante, que más que vivir de rentas lo que hacen es disfrutar de la vida que le da el aliento caprichoso de prensa, tele, radio...
No puedes acusarle de no querer devolverte el precio de tu entrada, y eso que ya tiene años como para dejar de hacer el cabra (y para colmo es asmático).
En mitad del concierto A-C-O-J-O-N-A-N-T-E que dieron los Stooges en Santiago juro que oí: "¿Pero no van a tocar la de The Passenger?".
Pero claro, si te gustan Coldplay, y para colmo te los has bajado del emule ¿a dónde coño miras?
El emule es una bendición! ¿O como se le llama a poder tener toda la discografía de Free y Bad Company en un par de días? Lo terrible es que salgas del concierto de Queen sin ganas de buscar Paul Rodgers en él...